El trío se presentó anoche ante un Estadio Monumental que se llenó de niños y adolescentes.
El contrapunto es categórico y, sobre todo, válido para ilustrar el arrastre que aún goza Jonas Brothers en Chile: en el mismo codo norte del Estadio Monumental donde dice Garra Blanca y donde casi todos los fines de semana la hinchada de Colo Colo alienta con bombos, poleras al aire y cánticos desde el tablón, ayer, un puñado de adolescentes, aferrados a sus padres y que en su mayoría no superaba los 15 años, desplegó globos, tubitos fluorescentes y cintillos rosados. Es la fanaticada púber que anoche llegó a ver el retorno -tras su show de 2009- del último gran producto fabricado por Disney.
La misma que timbró una popularidad que sigue casi intacta: 30 mil personas que repletaron el reducto de Macul en la escala local del tour planetario Camp Rock 2: The final jam y en una muestra de que poco importaron los rumores de una posible disolución de la banda, las reseñas que hablan de un desgaste lógico por el paso de los años y hasta la inesperada partida de Demi Lovato de la gira. Los gritos y chillidos fueron una prueba para los tímpanos y, a momentos, casi se pasaron de la raya.
Y el asunto fue recíproco. Ni siquiera los propios Jonas Brothers parecieron incomodarse ante uno de los inconvenientes más particulares del periplo: durante la tarde en el hotel, Joe Jonas sufrió una herida en la nariz mientras jugaba tenis de mesa y se lanzaba golpes con uno de sus guardias. El cantante fue trasladado a una clínica capitalina, ante el nervio de los productores. Al final, el asunto no pasó a mayores y casi nadie se percató del entuerto.
El espectáculo comenzó pasadas las 19 horas, con la presentación del elenco de la seria latina de Disney Higway. Luego vino el turno para los miembros de Camp Rock. Tras un desfile de estrellas más anónimas, pero que igual detonaron el griterío, el turno de los estelares: cerca de las 20.35 horas aparecieron Kevin (22), Joe (21) y Nick (18) para convertir en un polvorín lo que antes era sólo una fiesta.
Desde la tarima que ofrece su escenario y secundados por 10 bailarines y una regular banda de músicos, el trío comenzó a desenfundar gran parte del soundtrack de la cinta y los hits de sus cuatro discos. Eso sí, sólo tocaron algunos de los temas que comparten con Lovato y otros, que habían cantado durante la gira, los obviaron. A su feligresía juvenil apenas le importó.
La atención estaba centrada en un escenario con una pasarela en forma de T y dos pantallas laterales junto a una central, de exquisita definición, pero que nunca proyectó imágenes del concierto. Quizás, el único punto en contra: las pantallas apenas se distinguían desde las posiciones más lejanas. A momentos, el sonido también se palpó sin matices.
Nick Jonas fue el que más concentró los flashes y la histeria. Un asunto de gustos, pero tanbién de justicia: el menor se muestra como el más virtuoso y talentoso de los tres, tocando guitarra, piano y tomando la responsabilidad de muchas de las primeras voces del show. Hasta se da el lujo de despachar temas de su debut solista, Who I am (2010). El segundo lugar en el barómetro de aplausos se lo lleva Joe, el que más explota su atractivo físico (evidente el juego cuando se saca la camisa y queda en polera sin mangas en el tema World War III). Kevin, el único casado, es el más discreto de los tres, pero igual tiene premio: su fanaticada le canta cumpleaños feliz justo en el último tramo del concierto (hoy cumple los 23).
Un recital que se extendió por más de 90 minutos y que terminó a las 22.20 horas. Como testigo silencioso, el Monumental respondió a su debut en los eventos masivos y, salvo el caos a la salida, todo estuvo en orden. Carabineros informó de 16 detenidos, por falsificación de merchandising, y cerca de una cincuentena de atendidos ante el calor que cubría Santiago cuando abrieron las puertas, a las 16.45 horas. Por la mañana, el grupo dio una conferencia y se iban a Brasil durante la madrugada.
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