El cantante no fue bien recibido en el partido de los Knicks de Nueva York, sin embargo encontró la forma de distraerse.
El adolescente sensación Justin Bieber, acostumbrado a recibir gritos y besos de su público, no se esperaba lo que ocurriría en el partido de básquetbol entre los Dallas Mavericks y los New York Knicks.
Apenas apareció en la pantalla gigante del estadio, recibió cientos de abucheos y gritos por parte de los aficionados. Inmediatamente se quitó los lentes morados 3D que usaba, –a propósito de su nueva película, `Never Say Never´- decidió ignorar el ruido y comenzó a platicar con uno de los integrantes del staff, sentado a su derecha.
Pero el desconcierto no le duró mucho, y es que el cantante de 16 años encontró distracción en una de las sexys porristas del equipo local, a quien miraba con atención y le sonreía.
Y vaya que disfrutó su hamburguesa, como podemos ver en la foto.
Definitivamente, Justin sabe cómo olvidarse de los problemas.
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